Hablemos sobre qué hay detrás, cómo líderes, de una reunión “acalorada”.
Vamos con los dos ejemplos: Tú eres el líder y pierdes la paciencia con tus colaboradores y caes en el regaño. La contra parte, expones un problema a tu superior y terminas siendo el malo de la película.
Tenemos que comprender que si hemos vivido alguna de estas escenas tiene que ver con la capacidad como individuo para gestionar nuestras emociones, creemos que el otro nos hace enojar, así lo expresamos, pero no es así, la verdad es que nosotros como expositores tal vez no utilizamos la estrategia correcta de comunicación, simplemente no transmitimos el mensaje con claridad o no hemos construido el canal con nuestro directivo para que el mensaje llegue, ahora que si somos líderes, seamos honestos, lo que pasa es que en ocasiones no nos damos el tiempo de supervisar, de delegar correctamente o simplemente no hemos puesto los límites, entonces es muy fácil confundirnos y no saber donde quedó la bolita de la responsabilidad, por supuesto caemos todos alguna vez en la tentación de “culpar” al otro y esto ¿nos es útil, nos es funcional? Yo francamente creo que no, así que cobremos conciencia y hagamos las cosas diferentes, porque de todas formas el problema a resolver ahí estará, así que ¿cómo lo hacemos con menos desgaste?
Aquí te dejo un recordatorio básico.
Cuando tú te vayas a comunicar con el otro:
• Calibra primero que nada, tu intención, libérate de emociones negativas. Desde el enojo, la frustración, etc, solo habrá más de lo mismo.
• Ten claro el mensaje a comunicar, busca el mejor momento, a veces esperar un poco, permite ser más asertivo y preciso.
• Con quién te vas a comunicar, previamente has construido un canal, este canal tiene que ver con la convivencia sana, si se trata de una persona nueva, no olvidemos la amabilidad y la cortesía como buen punto de partida.
• Lo que resuelve un problema es la colaboración y esta es el resultado de la forma de relacionarnos.
Cuando el otro pierde la paciencia y el buen trato contigo:
• Recuerda que nada es personal tiene más que ver con su gestión de emociones que con tu desempeño, no tiene nada de malo equivocarnos, el error bien elaborado es fuente de crecimiento.
• Procura mantener la calma, tener distancia de tus emociones y sus emociones, enfocarte en la solución, las diferentes alternativas.
• Tal vez el mejor momento para aclarar algo no sea justamente aquí, saber esperar tiene su recompensa, tampoco olvides darle seguimiento.
Ahora que si lo que identificas es que a ti te cuesta trabajo estar en calma o eres de mecha corta, empecemos por respirar y por no irte por lo primero que viene a tu mente, por ahí no es, si te observas encontrarás mejores maneras de abordar la situación, para todo, es importante el buen trato, ese que también te gusta recibir a ti.
Alejandra Soria
Líder de Desarrollo Empresarial y Humano
Mi propuesta es potenciar a cada persona y mejorar la rentabilidad empresarial desde la aplicación práctica y dinámica